Es muy valioso y útil que haya unas normas de convivencia en nuestro hogar. Las normas y límites son instrumentos básicos en la educación y crianza de nuestr@s hij@s porque los preparan para vivir en sociedad pero también tienen múltiples beneficios a nivel individual.

Algunos de los beneficios del uso de normas y límites en casa.

  1. Aprender conductas y hábitos adecuados y adaptativos
  2. Aprender a tolerar la frustración
  3. Aprender a autorregularse y autocontrolarse
  4. Les aportan seguridad y facilitan su autonomía
  5. Mejoran su autoestima al conseguir metas

Es frecuente encontrarnos a madres y padres que acuden a consulta y al preguntarles sobre las normas comentan que si las hay pero al indagar comprobamos que: o bien no están claras, o bien los menores no las conocen, o si pero son normas muy generales. Este tema del establecimiento de normas y límites es casi siempre uno de los primeros aspectos a trabajar.

¿Por qué es tan difícil poner normas que sean realmente efectivas?

  • Requiere reflexión, planificación, esfuerzo y constancia en su aplicación.
  • Debe haber acuerdo en la pareja en su ejecución.
  • Somos seres sociales y nos cuesta decir “no”.
  • Debemos tener paciencia para ver los resultados.
  • Repetimos patrones vividos en nuestra infancia: no estamos en la misma época o puede que los patrones no fueran los más adecuados.
  • Hay que revisar nuestro estilo educativo.
  • A veces los sentimientos de culpabilidad hacen que seamos más permisivos.

¿Cómo han de ser las normas?

  • Realistas y razonables: deben adaptarse al desarrollo evolutivo del niño, mejor pocas pero que se cumplan.
  • Concretas, claras y expresadas en lenguaje positivo: Que le quede claro al menor la conducta que se le está pidiendo y que es la que queremos que se repita.
  • Medibles: que podamos determinar su cumplimiento o no para poder establecer consecuencias.
  • Consecuencias: establecer consecuencias naturales del incumplimiento y refuerzos de su cumplimiento.
  • Coherentes: que vayan en la misma línea, que no haya normas que se contradicen.
  • Constantes: debe haber constancia en su aplicación.

Algunos aspectos clave cuando se empieza este proceso de cambio

  • Hay que tener paciencia, si se hace correctamente todo lo anterior se necesitará un tiempo para ver los resultados. Esto ocurre no porque no funcionen las técnicas sino porque lo que le ha funcionado al menor en la relación con sus padres y familia lo seguirá repitiendo hasta que sea consciente que los cambios en los progenitores se mantienen. Esto necesita tiempo.
  • Hay que mostrarle nuestra confianza en que lo pueden conseguir.
  • El poner normas y límites tiene muchos beneficios pero no serviría de nada sin nuestro amor incondicional. Hagan lo que hagan los vamos a querer siempre independientemente de que se equivoquen, allí estaremos para cuando eso ocurra ser modelos en cómo afrontamos los errores, apoyarlos en los avances, estar a su lado en todo el proceso.

En Atenea Psicología estamos especializados en Psicología Infantojuvenil, si quieres que te acompañemos en el proceso de establecer normas y límites efectivos pide cita en el 617159018.