Claves para el desarrollo de una comunicación positiva con l@s hij@s.

Para que se dé una buena comunicación con los hijos e hijas tienen que cumplirse una serie de requisitos sobre los que se sustenta una comunicación positiva. Estos son: la atención, el respeto, la escucha activa y la confianza.

Hay que trabajar día a día la comunicación con los hijos mediante la apertura. ¿Esto qué quiere decir? debemos estar abiertos a atender a los niños y niñas siempre que nos hablen, interesarnos por lo que les preocupa. Desde siempre ha sido un buen momento para hablar, la hora de la comida, pero esta costumbre se está perdiendo por el estilo de vida que la mayoría de las familias llevamos, con diferentes horarios, prisas para cumplir con las obligaciones, etc. Además si le añadimos el ingrediente de las pantallas: televisión, tablet, móvil… esta tecnología está dificultando aún más los momentos de comunicación. Los padres y madres debemos intentar que no se pierdan esos momentos de compartir.

En Atenea Psicología solemos poner el ejemplo de un puente, siempre debemos dejar abierto ese puente con l@s hij@s. Un ejemplo sería: “Me estás contando algo super interesante pero llegamos tarde al colegio y te tienes que terminar de vestir”. En esta situación podemos decirle que nos parece muy interesante lo que nos cuenta pero ahora llegamos tarde al cole y cuando vuelva lo vamos a hablar. Se le está transmitiendo a los hijos que lo que te cuentan tiene interés para ti y esto provoca que tenga ganas de contarte más cosas. Para los niños y niñas el refuerzo más importante es la atención de sus padres. Con frecuencia no tenemos tiempo para atender y escuchar a los menores. Hay ocasiones en que estamos más pendientes del móvil que de lo que nos están contando, esto ellos lo captan y si se repite con frecuencia dejan de contarnos cosas. En definitiva es atenderlos de manera activa.

Otro requisito es el respeto, si el menor nos cuenta una dificultad surgida con un amigo y se le dice que “no pasa nada” para evitar que sufra o que “eso son tonterías”, le estamos quitando importancia a lo que le preocupa, no le estamos respetando porque para él o ella esto es lo más importante ahora mismo en su vida. En el futuro será más probable que no nos cuente sus preocupaciones importantes.

Mediante la escucha activa acompañamos su emoción, y seguidamente le ayudamos a relativizar las cosas o a buscar alternativas pero siempre desde el respeto a sus emociones. En definitiva practicar la empatía, es decir, “ponernos en sus zapatos”. También les estamos demostrando respeto cuando se le dice lo que hace mal, cuidando las formas, la función de los padres y madres es educar y preparar para la vida a los hijos y las hijas. Podemos utilizar para ello “los mensajes yo”.

Todo lo anterior nos lleva al cuarto requisito en la comunicación con l@s hij@s, que es la confianza. La confianza entre padres e hijos es fundamental. Desde pequeños, cuando mienten porque han hecho algo inadecuado, hay que intentar darle la oportunidad de decir la verdad. Si es necesario disminuir la consecuencia que le hayamos impuesto, si dicen la verdad. Esto hace que vayan aprendiendo a confiar en sus padres y cuando tengan un problema lo compartan con sus progenitores. También la confianza se fomenta confiando en ellos, no anticipando que lo van a hacer mal o que son los responsables de algo sin tener toda la información o haber hablado previamente con ellos antes de sacar conclusiones.

En Atenea Psicología te ayudamos a comunicarte mejor con tus hij@s. Solicita cita previa si necesitas ayuda con tus hij@s en el 617159018.